Sueños Inmortales

A Jaime en el barrio le llamaban El Lobo, por el tatuaje que se mandó hacer en la espalda hacía cuatro años, contando sólo con doce, sin permiso paterno. Era un tipo bien parecido, ilustrado en las artes urbanas, sacaba buenas notas y aún le quedaba tiempo para gamberrear por el barrio. Era astuto como nadie.

Al observar cómo la abuela se alejaba en dirección contraria, Jaime cerró los ojos como si la presa estuviera cerca, observó que el estanquero estuviera liado en la tienda y saltó a casa de la abuela, sacó la llave de debajo del felpudo, abrió y cerró rápido tras de sí. Ya faltaba menos.

Cogió el teléfono y llamó a Paula, sin duda la chica más bonita del barrio. Jaime, que con las chicas era muy tímido, tuvo la suficiente sangre fría como para llamar y simular la voz de la vieja. Como no había acabado de cogerle el truco al asunto le dijo a Paula que estaba con gripe y que le hiciera el favor de ir a la farmacia, cogerle algo para la garganta y traérselo.

Paula sospechó, porque parecía que la abuela hubiera bebido orujo, pero el visor del teléfono enseñaba el número de la casa de la yaya, así que no le dio más importancia. 

Jodida por tener que salir con la tarde que estaba haciendo, Paula cogió dinero y salió hacia la farmacia, con el abrigo rojo que se había comprado semanas antes. Por el camino, vio a la abuela, pero la vieja no se percató de la presencia de la nieta, que empezó a comprender… Llevaba noches enteras esperando ese momento.

No fue a la farmacia habitual, sino corriendo a la de dos calles más para allá. Compró preservativos como si fuese a estar fuera una semana. Corrió a casa de la abuela y llamó al timbre. Sabía que sería Jaime el que abriría y eso que nunca habían quedado, ni siquiera hablado. Pero las miradas en clase eran cada día más ardientes.

Jaime abrió rápido y Paula se abalanzó. Mojada como estaba, por haber cerrado el paraguas para ir más rápido, empezaron sus cuerpos a entrecruzarse, sus labios pugnaban los unos con los otros, las lenguas, los dientes… El abrigo rojo terminó en el sofá, los vaqueros por el suelo. Les estaba cambiando la vida: se deseaban desde hacía meses. La encimera de la cocina era el lugar para la lucha de dos cuerpos por

ser una sola esencia. El lobo de la espalda de Jaime aulló de placer al contactar con los labios de fruta tibia de la muchacha.

Y colorín, colorado…"

Yo llevaré en mi cesta

besos de miel y almendra

que absorberemos juntos

debajo de algun arbol

He de justificarme

cuando te abrace fuerte

diciendo que es el miedo

"a que aparezca el lobo"

Esta caperucita,

de izquierdas -que no roja-

no dejará escapar

la punta de tus dedos

lo mismo que esa tarde

que le diste la mano

buscando a "la abuelita"

que no ha existido nunca-

cualquier excusa es buena...

para volver a vernos...

El dia de mi cumpleaños, al anochecer, la vi y fue... En fin, esta vez, no podria hacer una critica justa, pues se interpone mi actor preferido, Gerard Butler...

Ademas de la interpretacion de este, la pelicula es algo extraña y sin mucha logica. El principio es interesante: un grupo de ladrones se introduce en la casa de un descendiente Van Helsing para robar algo que guarda bajo estrictas medidas de seguridad, cuando lo que de verdad consiguen es despertar al Señor de las Tinieblas...

A partir de ahi, la situacion se vuelve algo confusa: el supuesto descendiente es en realidad el verdadero caza-vampiros, que ha conseguido sobrevivir cien años gracias a la sangre de Dracula. Mery, la hija de Van Helsing, no sabe que tiene la sangre del vampiro mas famoso de todos los tiempos y que este, la esta buscando por todo Nueva Orleans. Todo esto sucede, como no, en nuestro milenio, en el que Drácula va dejando "novias" con dos agujeros en el cuello alla a donde va...

Pero lo mas subrealista de todo es cuando al fin se encuentran los dos y el le cuenta que en realidad es Judas Iscariote, que por eso tiene tanta fobia a la religion y todo lo relacionado con ella y que no quiere morir por temor a volver a encontrarse con Jesucristo...

El final no lo desvelo, pero, la verdad, Bram Stoker no sabria que hacer al encontrarse con la curiosa version de su novela.